Angelus de Francisco 
En estos domingos la liturgia propone, desde el Evangelio de Juan, el discurso de Jesús sobre el pan de vida, que es él mismo, y que es también el sacramento de la Eucaristía.
La canción de hoy (Jn 6,51-58) presenta la última parte de este discurso, y se refiere a algunas de las personas que se escandalizan porque Jesús dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día "(Jn 06:54).
El asombro de la audiencia es comprensible, Jesús de hecho utiliza el estilo de los profetas para guiar al pueblo - y nosotros también - las preguntas y, en última instancia, da lugar a una decisión.
En primer lugar de todas las preguntas: ¿qué significa "comer la carne y beber la sangre" de Jesús, es sólo una imagen, una frase, un símbolo, o indica algo real? Para responder, hay que adivinar lo que sucede en el corazón de Jesús cuando partió los panes para la multitud hambrienta. Sabiendo que tendrán que morir en la cruz por nosotros, Jesús se identifica con el pan partido y compartido, y llega a ser para él el "signo" del sacrificio que le espera.
Este proceso culmina en la Última Cena, donde el pan y el vino se convierten realmente en su Cuerpo y su Sangre. Y "la Eucaristía, que Jesús nos deja con un propósito:. Que podemos llegar a ser uno con Él dice:" El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él "(v. 56). Ese "permanente":. Jesús en nosotros y nosotros en Jesús comunión es la asimilación: Él comer, llegamos a ser como él, pero esto requiere nuestro "sí", nuestra adhesión de fe..
A veces te sientes, sobre la Misa, esta objeción: "Pero, ¿qué es la misa? Voy a la iglesia cuando me siento, o mejor orar en la soledad ". Pero la Eucaristía no es una oración privada o una hermosa experiencia espiritual, no es sólo una conmemoración de lo que hizo Jesús en la Última Cena. Decimos que la Eucaristía es un "memorial", un gesto que actualiza la muerte y resurrección de Jesús, el pan es realmente su Cuerpo entregado por nosotros, el vino es en realidad el Su sangre derramada por nosotros.
La Eucaristía es Jesús que se entrega por completo a nosotros. Se alimentan de él y permanece en Él a través de la Santa Comunión, si lo hacemos con fe, transforma nuestra vida, se convierte en un don a Dios y a los demás. Alimentarse en el "pan de vida" significa ponerse en sintonía con el corazón de Cristo, asimilar sus elecciones, sus pensamientos, su comportamiento. Significa entrar en un dinamismo de amor y ser personas de paz, personas de perdón, de reconciliación, de participar en la solidaridad. Las mismas cosas que hizo Jesús.
Jesús concluye su discurso con estas palabras: "El que come de este pan vivirá para siempre" (Jn 06:58). Sí, vivir en comunión real con Jesús en esta tierra que ya está pasando de la muerte a la vida. El cielo comienza en esta misma comunión con Jesús.
Y en el Cielo que nos espera ya María nuestra Madre - celebramos ayer, este misterio. Ella nos obtenga la gracia de alimentarnos siempre con la fe en Jesús, el pan de vida.Domingo, 16 de agosto de 2015
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