Emotiva carta de Miguel Sorribes: "Nunca dejen su música, sus costumbres, la sencillez, el amor por su tierra, eso los hace únicos" 
Queridos Curuzucuateños:
Les escribo desde mi ciudad, Buenos Aires en una lluviosa tarde de fines de julio. Les ruego me permitan compartir esto con Uds.
Les cuento que tengo un 50 % de sangre curuzucuateña, porque mi padre Joaquin nació allí y por estas cosas de las búsquedas de oportunidades laborales como tantos otros se vino para Buenos Aires en su adolescencia. Pero nunca, jamás dejaba de hablar de SU Corrientes y SU Curuzú. Pase mis primeros años escuchando en el viejo Winco todos los LP de Tarrago Ros, que él solía poner. ( a Uds. no hace falta que les aclare como si tengo que hacer con personas de aquí que Antonio tuvo un famoso padre homónimo ).
Así y por ese fervor que tenía mi padre por su tierra me empezó a intrigar el porque del amor hacia su terruño que veía en cada uno de los correntinos que conocí en mis visitas, tuve la oportunidad de ir desde chico a visitar a mis tíos Soledad y Barnidio y a mi querido primos Quique y Ramonita Yunes, tomar mate amargo ( nunca mas pude tomar estas mezclas raras y azucaradas que toman aquí ), comer chipa que hacía mi comadre Madela, ver el carnaval, recorrer sus calles, ver sus costumbres, ¡ asistir a una serenata ! Que Quique siendo soltero canto a una chica a pedido de un amigo que gustaba de ella. Mi intriga se extendía no solo a Curuzú sino a todo Corrientes, me seguía preguntando con una sana envidia desde mi razonamiento porteño porque los correntinos amaban tanto a su tierra si no tenían una cordillera, ni famosas cataratas, ni hermosos lagos, ni grandes avenidas… y un día, les juro, yendo por la ruta mirando el paisaje y escuchando un chamame y lo que trasmite el acordeón en algunas canciones ¡ me hizo el click ! casi grito.. ¡ Eureka ! y me vino a la memoria los paisanos que nos cruzábamos en el camino cuando lo acompañaba a hacer sus trabajos de agrimensor y expresaban “tanto” en un grito, un Sapucai, hay que estar ahí para darse cuenta que no es un grito, es un “hola chamigo” es algo que los une, que los hermana, y ahí me di cuenta que hay algo muchísimo mas grande que paisajes turísticos y la frialdad de las grandes ciudades y eso es…el sentimiento, el sentimiento y el amor hacia algo no tiene explicación y quizás… no tiene sentido buscarlo, simplemente hay que disfrutarlo.
Sigue lloviendo aquí en esta tarde de domingo y recuerdo un dicho que escucho desde siempre, dicho en broma pero que significa algo “Si Argentina entra en guerra, Corrientes la va a ayudar”, porque si… son una República y me siento muy orgulloso de mi parte de sangre correntina y desde ahí agregaría esta frase… “Que sería de Argentina… sin Corrientes”. Nunca dejen su música, sus costumbres, la sencillez, el amor por su tierra, esos los hace únicos. Gracias por permitirme compartir esto con Uds. ¡ Un fuerte abrazo para todos !
MIGUEL SORRIBESLunes, 3 de agosto de 2020
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