Universitarios dedican parte de su tiempo a los niños del barrio Cichero de Corrientes  Los estudiantes, que en su mayoría forman parte del grupo juvenil de la parroquia San Juan Bautista, llegaron a la comunidad vecina con la intención de ofrecer apoyo escolar a los chicos de primaria y secundaria, pero la realidad con la que se encontraron terminó por convertirlos en alumnos de la vida a ellos mismos.
"Compartir con los pequeños que asisten al comedor Las Manitos, nos enseñó a valorar lo que tenemos, porque siempre demuestran que son felices con mínimos detalles", expresó Larisa, a la vez que Martín agregó: "Estar con ellos te llena el alma". Las actividades solidarias en la ciudad correntina no se detienen y desde hace más de un mes llegaron también al barrio Cichero, donde jóvenes universitarios, a través de la Acción Católica Argentina (ACA), dedican parte de su tiempo a los niños de la comunidad vecina.
Larisa Arrudi (LA) de 20 años; y Martín Duarte (MD), de 22; ambos integrantes del grupo juvenil de la parroquia San Juan Bautista, relataron a EL LIBERTADOR las actividades que llevan adelante en el Comedor Las Manitos y cómo influyó en sus vidas conocer la realidad de la barriada.
- ¿Son de Corrientes? - MD: No, soy de Entre Ríos, vine a Corrientes para estudiar Ingeniería Electrónica y como formo parte del grupo juvenil de la parroquia, participo de las actividades que se desarrollan.
- LA: Yo soy de Presidencia Roque Sáenz Peña, Chaco. Vine hace tres años a Corrientes a estudiar Abogacía.
- ¿Por qué eligieron enseñar en el Comedor? - MD: Porque en la parroquia se estaba formando el grupo para este lugar, y como me gusta enseñar me sumé.
- LA: Así es, salió esta propuesta de ayudar al comedor y nos sumamos, somos muchos integrantes en el grupo, pero nos dividimos para venir varios días en la semana.
- ¿Cómo fue el primer encuentro con los niños? -MD: Vine con la intención de enseñar pero me encontré con otra cosa; que no era tanto el enseñar sino más bien compartir un ratito con ellos, porque al parecer necesitan más que eso y aprecian mucho el tiempo que le das una mañana. Estar acá con ellos te llena el alma.
- LA: Y cuando vinimos, primero tuve miedo porque estamos enseñando a los chicos y por ahí no sabemos si explicamos bien o si recordamos algunos temas de la primaria, por ejemplo. Quizás nosotros venimos con la intención de enseñar, pero ellos lo que necesitan es que compartamos un momento, que los escuchemos y les brindemos cariño. Y también nosotros aprendemos mucho, porque aprendemos a valorar lo que tenemos, al ver que ellos con mínimos detalles son felices.
- ¿Qué actividades realizan? - MD: La idea es pasar un tiempo con ellos, que se sientan acompañados. Venimos a dibujar y a ayudarlos con las tareas. Vienen más que nada a aprender suma, resta, un poco de abecedario y lectura. No es mucho trabajo sino más que nada darles un apoyo. Y a los chicos del secundario sí se les ayuda en diversos temas.
- LA: También acompañamos al comedor, porque cuando a veces se les terminan los fondos, tratamos de ayudar entre todos con algunas donaciones para que no se deje de ofrecer el almuerzo.
- ¿Vienen de lunes a viernes? - LA: Somos un grupo grande, que venimos martes, miércoles, viernes y sábados. Cada uno se acomoda de acuerdo a sus horarios de estudio.
- MD: Por ahora vengo sólo los miércoles, porque a veces curso a la mañana y a la tarde, entonces me organizo un día para venir, desde las 9 hasta que se sirve el almuerzo.
- ¿Se organizan antes de venir? - LA: Por el momento sólo nos comunicamos a través del grupo para ver quien puede venir cada día, pero sí ya pensamos en hacer rees sobre todo para los que venimos al comedor.
- ¿Cómo los preparan en la parroquia? - LA: En la parroquia San Juan Bautista hay varios grupos, yo pertenezco a dos de ellos, uno ACA y el otro EFA, que es de jóvenes universitarios. En ACA tenemos mucha formación, también de espiritualidad, que se dan los jueves a las 19 en la parroquia; además participamos de los retiros y congresos, porque nunca terminamos de formarnos. (El Libertador)Domingo, 26 de junio de 2016
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