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Camau el candidato que busca fortalecerse escupiendo para arriba

A 6 años de su incursión en la política con una prometedora carrera, Carlos Mauricio Espínola avanza con triunfos en su haber, pero su estrategia de fomentar divisiones y fracasos que le permitan crecer terminan marcando un complejo panorama para su fuerza.

Quien fuera uno de los deportistas más importantes de la historia de Argentina llegó al Frente para la Victoria en 2009, fue tentado para meterse en política y lo hizo con éxito. En su debut ganó la intendencia de la ciudad de Corrientes pero consumada la derrota de Fabián Ríos en las gubernamentales, quedó solo en el centro de la escena como el más poderoso jugador que le quedaba al Partido Justicialista con cargo. Y desde el primer momento mostró los dientes.

Al comenzar su gestión comenzó a buscar fortalecer sus aliados (entró a la política sólo con algunos amigos, que todavía hoy lo acompañan). Se encargó de dividir las aguas para buscar apoyos y lo consiguió, pero a un alto precio: desmanteló la militancia barrial que le dio el triunfo y desplazó a numerosos funcionarios, en ambos casos por responder a Ríos. La gestión y el PJ se debilitaron, pero Camau fue encontrándose a gusto de a poco en un mundo que le era ajeno.

Esa estrategia, aunque efectiva, fue egoísta. Un escupitajo hacia arriba, la saliva cae y le pegó en la frente en el peor momento.

Amparado en su excelente imagen y en su creciente fortaleza política, Camau ya tenía el objetivo claro de ser gobernador en 2013 y para ello necesitaba allanar el camino. Necesitaba mostrarse triunfal y en las elecciones de 2011 apostó todo a pegar su lista de concejales a una arrasadora Cristina en las elecciones presidenciales.

Mientras sus laderos comenzaron a vanagloriarlo por su imagen, su gestión y por su potencial caudal de votos, llegaron las elecciones legislativas locales. Mientras todos anticipaban paliza kirchnerista a nivel nacional, Encuentro por Corrientes le ganó cómodamente el 18 de septiembre al FPV, incluído en Capital. Todos se preguntaron dónde estaba Camau, ausente durante toda la campaña. ¿Casualidad?

Pero el 23 de octubre con la boleta de concejales pegada a la de Cristina, Camau se mostró triunfante llevándose una gran victoria. Él era el ganador, él era quien se llevó todos los flashes. Él era el futuro, frente a un PJ carente de referentes con votos en toda la provincia.

El gran fracaso

La campaña a Gobernador en 2013 llegó con los motores hirviendo desde el primer momento: Camau y Ricardo Colombi eran los números puestos para una polarización que terminó sucediendo. Espínola se lanzó con todo, el Gobernador respondió con una de esas frases justas que sabe tirar: “Esta no es una carrera de velocidad, es de resistencia”.

El primer cachetazo llegó con las PASO, donde insólitamente Camau no se mostró ni aprovechó para recorrer la provincia mientras que Colombi se la cargó al hombro y ECO triunfó, metió el primer golpe.

Colombi también metió el segundo y definitivo golpe: fue el 15 de septiembre ganando en primera vuelta. Camau se creía ganador, pensaba que sólo él iba a ganar y por ser él, todavía retumban las palabras de sus más cercanos colaboradores a los militantes: “Camau va a ganar porque es Camau, no por el PJ, Cristina o La Cámpora”. Así se creyó el panorama y así perdió en primera vuelta y sin atenuantes. Él solo no iba a poder nunca.

El panorama se completó con otro claro triunfo de ECO en las legislativas nacionales.

Camau estaba frente a un escenario nuevo. El fracaso y la derrota, se iba a quedar sin nada esperando una soga del Gobierno Nacional para ver para donde iba y qué podía hacer, pero la guerra interna ya se había agravado culpando a Fabián Ríos de la derrota, buscando traiciones en el interior. Tras darle lugares a su séquito, él asumió como Secretario de Deportes de la Nación.

Otro gran fiasco de Camau fue el armado político que realizó para las elecciones provinciales, dándole espacios de inusitada trascendencia a fuerzas políticas que no tenían (ni tienen ahora) respaldo en votos. Por ejemplo el Partido Nuevo con 15 mil votos se quedó con un diputado (Young). Partido Autonomista que con 12 mil votos se llevó dos diputados (Alfonzo y Gómez), mismos votos que FORJA (diputado Parodi y el Defensor de los Vecinos de Capital Rodríguez), 10 mil de Unidos por Corrientes (un diputado, Chaín). Para comparar, en 2015 el ARI logró una concejalía con 16 mil votos.

Todos estos nombres no sólo no formaron parte del Frente para la Victoria sino que no dudaron en asociarse a ECO. Camau en el centro de la escena y las responsabilidades.

¿Cuál victoria?

Las diferencias entre Ríos y Camau se fueron haciendo indisimulables con el paso del tiempo hasta llegar a niveles de disputas que rozan lo cómico. A río revuelto, ganancia de pescador. A PJ revuelto, Ricardo Colombi triunfador. Con Espínola otra vez ausente, el FPV perdió de manera categórica en las legislativas del 5 de julio pintando el mapa provincial de verde (con allegados a él formando parte de otras listas).

Pero lo más grave y lo que más hirió al FPV fueron los gestos fratricidas propiciados por Camau Espínola y su sector en lo relacionado a las elecciones nacionales. Siendo él obvio candidato a Senador, definió para sí a dedo desde Buenos Aires el reparto de los cargos. Dio de baja las internas, si querían competir lo harían sin la boleta de Daniel Scioli. La contienda dejó varios heridos de manera innecesaria cuando se pudieron zanjar las diferencias de otras maneras. Una imagen de partido dividido y manejado desde arriba que Colombi y sus aliados no tardaron en aprovechar.

Cuando se pensaba que difícilmente la situación interna del FPV podría empeorar, Camau volvió a sorprender. Mientras la cúpula del PJ reunida orgánicamente decidió que en las listas a concejales debían tener privilegios los propios peronistas, Camau impulsó a Cambio Auténtico con los partidos que le responden y los autorizó que lleven a Scioli, también al Partido Autonomista. El resultado fue la fuga de unos 30 mil votos que hicieron que ECO gane en Capital, llevándose 5 concejales y complicando la gestión de Fabián Ríos.

A nivel provincial el FPV se impuso cómodamente en las PASO y en las generales, llevándose 3 de los 4 diputados y los dos senadores por la mayoría, todos más afines a Camau excepto Macías que es más cercano a Scioli.

Hoy el escenario es el mismo que en otros años, con los mismos condimentos. Un PJ destruido en divisiones internas, con mala imagen, un FPV derrotado en todo lo local, pero Camau Espínola mostrándose triunfal, como el único ganador y el halagado por todo su séquito. Pero tal como en 2011, en 2015 el éxito llegó con su nombre pegado a un referente nacional que le arrastró los votos, porque cuando la lucha es sin cargos nacionales perdió siempre. (pablomiguel.com.ar)


Viernes, 18 de agosto de 2017
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