Curuzú: Los sucios políticos que compran silencio  Una vez alguien dijo: "La política no es mala, los malos son algunos políticos", y cierta razón tenía al expresar esto. Nuestra joven Democracia, la que juramos defender, tiene momentos críticos, léase de crisis, que suelen manifestarse y ponerse en estado de ebullición en años electorales como este.
En estos tiempos, en los que el poder establecido busca perpetuarse atornillándose en cargos intercambiables pero con los mismos protagonistas, la prensa tiene un rol preponderante. No sólo en lo que tiene que ver con la propaganda de los actos de gobierno, sino de los actos de campaña. Y en este rol, desafortunadamente se mata una vez más al mensajero.
En la cadena de los medios de comunicación, el eslabón más débil suele ser el trabajador de prensa, el periodista, el comunicador, es decir, la persona que comprometida con su labor diaria, busca la verdad en el entramado político que subyace detrás de un gobierno de turno, o de quienes buscan serlo, no en pocos casos, a cualquier costo, con tal de seguir en el poder, a como dé lugar. Para esta casta de políticos enquistados y enfermos de poder, cualquier fin justifica los medios.
A esta clase de engendros irrespetuosos, de indefinida y camaleónica estirpe o raigambre ideológica no les interesa el bien común, sino el propio, máxime si se pueden servir de un Estado débil alimentado por los fondos de los contribuyentes. No saben dar un paso al costado, ni tampoco permiten la generación de cuadros dirigenciales ni la renovación generacional sin ser súbdita y obsecuente de ellos mismos.
Así han vivido, así se han sabido mantener por más de dos décadas, prendidos, directa o indirectamente de un Estado Municipal, que somos todos los ciudadanos, que piden a gritos, un cambio, una renovación, nuevos aires y oxigenación urgente. Y ante la amenaza inminente de una oposición fortalecida y fuertemente sólida no tienen mejor idea que escupir para arriba, subestimando a la sociedad e insultando su inteligencia.
Desde un tiempo a esta parte, desde IusNoticias, nos hemos, a diferencia de otros medios, ubicado como periodismo opositor, porque creémos que el periodismo bien entendido debe ser opositor sino termina siendo otra cosa, y algunas veces hasta funcional al régimen déspota que viene gobernando desde hace 20 años esta ciudad.
En honor a la verdad, y desde que estamos online, hemos desnudado y puesto en evidencia muchas, demasiadas desinteligencias y actos desafortunados de este gobierno municipal de mismo signo político que gobierna la ciudad hace más de 20 años. El lector sabe que es lo que va a encontrar aquí, y no le mentimos diciendo que somos "independientes", sino que jugamos con las cartas sobre la mesa, y con honestidad.
Pero más allá de todo esto, seguimos, en nuestro camino, angosto y con más espinas que rosas, en algunos momentos contra viento y marea, pero con un norte, el de diferenciarnos y mostrar a la sociedad un producto distinto al resto. Creo que lo logramos, y con el tiempo supimos incursionar en otros medios, y avanzar en ese sentido.
Así fue como desde hace más 1 año y tres meses estuvimos en una de las radios madre de esta ciudad, en la más antigua y señera en la región, la querida AM Guarani, a la que estaremos siempre agradecidos por nuestro paso.
En las últimas horas, y por motivos políticos, no tenemos más aire y la orden vino de muy arriba, no de la gerencia local. La Radio Guaraní, pertenece hoy, y desde hace algunos años a uno de los multimedios más grandes de la provincia y la región, inmersa en un conglomerado de medios radiales, gráficos y de Internet de alcance regional, regenteados por un ex legislador, empresario ganadero y periodístico con fuertes vinculaciones con el poder político, en todos sus ámbitos pero de igual signo al de la administración municipal actual, que busca histéricamente perpetuarse con figuras ya conocidas por todos y a nivel provincial intenta mancillar una gestión exitosa y ubicar a un dirigente que no goza de la simpatía de la mayoría del millón de correntinos.
Ahora bien, la decisión de sacarnos del aire tanto a mí como a mi compañero, con quien supimos armar un programa diario, eminentemente político con micrófonos abiertos a todos, estuvo azuzada por actores locales de ideología supuestamente peronista, que descontentos con nuestro trabajo periodístico y quizá por no ser ni aduladores ni obsecuentes ni alcahuetes, optaron por ser "gorros de lana" que precipitaron en este tiempo de campaña electoral fuerte, la decisión de quitarnos aire.
Esta es la parte mala de la política, la parte sucia, la que se carga del mensajero, la que busca acallar voces que no coinciden con sus intereses y que van en contramano de sus negociados espúreos. Son los políticos sucios que compran silencio, pero el sol no se tapa con un dedo, y el olor a podrido emerge debajo de la alfombra, como la verdad, que tarde o temprano triunfa.
Esto que nos pasó, en lugar de debilitarnos o acallarnos, al contrario nos fortalece, ya que es un indicio de que estamos en el camino correcto, y seguiremos en la búsqueda de la verdad, de esa verdad que muchos no quieren leer o escuchar.Viernes, 25 de agosto de 2017
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