El fin del Clan Rubín  A menos de un mes de las elecciones, según estimaciones de encuestas realizadas en la ciudad de Curuzú Cuatiá, el candidato de ECO+Cambiemos Curuzú cuenta nada menos que con 44 puntos, sobre un deslucido 31 de su contrincante, la actual diputada provincial y ex Jefa Comunal, lo cual señala a las claras, una marcada preferencia del electorado local por quien encarna hoy el cambio en Curuzú.
Ya desde este medio se anticipó hace mucho tiempo, que la carta más poderosa que tenía el oficialismo local y oposición provincial era ella, la blonda legisladora, quien en el 2011 abandonó su mandato como Intendente para ir a la capital correntina y ocupar una banca legislativa, dejando al mando del barco municipal a su secretario, el actual Jefe comunal Domínguez.
Ella era, sin ir más lejos, como se dijo, el ancho de espadas. "Si Lalo no mide o si no puede ir por una reelección vuelve Alicia", dijeron los operadores del PJ allá por noviembre del año pasado, dando por sentado desde la capital correntina que era el movimiento certero para poder retener al Palacio Municipal y mantener a toda su estructura, hoy con serias chances de implosión.
Sin embargo, las propuestas que fueron presentadas parecen no convencer del todo. El sábado pasado, el "Rubinismo" presentó ante la sociedad un compendio de 20 puntos, que no termina de cerrar, y mucho menos convencer a un electorado ávido de probar algo nuevo, y no de ir por algo que ya se conoce, que ya estuvo y que dejó un tendal de voluntades descontentas. Ahora vuelven, aparecen en fotografías simulando actividades coloquiales y cotidianas y disfrazadas de nuevos aires, pero guardan en sí mismas, la misma esencia.
Y para el ser humano, curioso por naturaleza, no hay nada más atractivo, que una propuesta nueva, superadora. Está en la naturaleza del ser, el buscar nuevos horizontes, el escarbar un futuro próximo, y la oportunidad es ésta, el próximo 8 de octubre, cuando la ciudadanía de Curuzú tenga que elegir, entre el futuro que se presenta promisorio o el pasado, ya conocido. El electorado lo dirá. Y ahí si: Vox Populi, vox Dei.
En este último tiempo, campaña mediante, se los ha visto caer como paracaidistas, como si fuesen dueños de la comarca, a proteger el bastión, ante la amenaza del arrebato de las tan preciadas arcas municipales quizá, legadas a un administrador comunal que ve hoy finalizar su mandato, sin penas ni glorias, con una candidatura a diputado en la que no entró siquiera y con serios problemas internos, con un gabinete desmembrado, desconfíado y temeroso, descontrolado y neurótico ante la llegada de los verdaderos "caciques", que aparecen en fotos de gestión del gobierno municipal, dejando al observador la duda de quién o quiénes gobiernan hoy al Municipio, si él mismo, o si la pareja legisladora lo hace "de factum".
En este clima enrarecido, y con varios que ya saltaron el cerco hacia lo "seguro", se avizora quizá, el fin del caudillismo nepótico del clan Rubín, que está nada menos gobernando esta ciudad desde hace 20 años, y que ahora se presenta con "propuestas" centradas dicen en "planificación, salud, industria y logística".
La gente lo dice, "más de lo mismo". Desde el año 1997, primero él, luego su esposa, lo cual ya es grave y deja en evidencia varias falencias, o se quiere seguir manteniendo la birome dentro de una misma familia, o desde el otro lado no hay una opción superadora. Los dos, la pareja con dos períodos consecutivos y luego ella, la que ahora proponen como candidata al regreso furtivo de la Comuna, siendo que su mandato como legisladora, al que corrió dejando a su secretario a cargo, aún no finaliza.
"Yo soy el secretario de Alicia", se le escuchó decir al diputado nacional, el mismo que se ausentó de la sesión en la cuál sus adláteres protegieron a uno de los legisladores nacionales, hoy sindicados como uno de los más corruptos de la historia de nuestro país.
Parece ser que en el oficialismo local no se les ocurrió mejor idea, que jugar cartas ya jugadas y conocidas, ignorando la ola de cambio y el viento de cola que viene arrastrando este gobierno nacional, que alineado con la provincia ya generó en este tiempo hechos concretos y visibles, léase el tren de cargas, léase la ruta 119, léase el Parque Industrial, léase el gasoducto y varias cosas por venir. Sólo resta, alinear el último eslabón, el Municipio, y de esta forma las gestiones y el progreso no tendría obstáculos.
A un mes de las elecciones, se los ve hablando de "planificación", como si nunca hubieran gobernado, dejando en un papel deplorable y pusilinamesco al administrador actual, aturdido por los pedidos de informes de la oposición legislativa y los okupas por doquier. Ni hablar del clientelismo político y la cantidad de subsidios pagados por los contribuyentes, que en estos últimos tiempos se han multiplicado y del reparto de dinero y de materiales.
Y menos hablar del candidato a vice. Días atrás, uno de los dirigentes históricos del PJ, el "Mono" Acuña decía a este medio prácticamente que no lo conocía. Y si a eso se le suma que la lista principal de concejales está encabezada por la esposa del presidente del Concejo Deliberante, para la gente común, una virtual "desconocida" es evidente y cantado el final que tendrá esta elección de octubre.
A estas alturas, no pocos advierten que el cambio es irreversible, y con éste, seguramente el advenimiento del fin del "Rubinismo", y en este sentido seguramente la sociedad apostará a mover una pieza más en el complejo engranaje político asociado todo ésto a un cambio de paradigma y a un crecimiento político y social, necesario en pos del fortalecimiento del sistema democrático.Sábado, 9 de septiembre de 2017
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