Obispo Canecín recordó a Monseñor Devoto: “la auténtica memoria es pensar en el hoy, con los pies bien en la tierra y lanzarnos hacia adelante” 
En memoria del 35º aniversario del fallecimiento del primer obispo de Goya, Alberto Pascual Devoto, el domingo a las 15, se realizó un responso en el lugar donde ocurrió el accidente fatal en el paraje El Carmen sobre ruta 12. Luego una misa en la capilla Nuestra Señora del Carmen, en la zona rural de Esquina. A las 19.30, se realizó otra misa en la iglesia Catedral “Nuestra Señora del Rosario” de Goya. Ambas celebraciones eucarísticas fueron presididas por el obispo de la Diócesis de Goya, monseñor Adolfo Ramon Canecín. Concelebraron los presbíteros Pablo Stortti y Juan Jose Godoy, ante una gran concurrencia de feligreses que se congrego para recordar al denominado “Apostol de los Pobres”.
En el inicio de la homilía, monseñor Adolfo Canecin, expreso: “Que lindo es tener una memoria agradecida, eso muy bueno, tener una memoria que no nos deja anclado en el pasado con una actitud de nostalgia como si fuera que el ayer fue mejor” y agrego “la auténtica memoria es pensar en el hoy, con los pies bien en la tierra y lanzarnos hacia adelante”.
El prelado más adelante añadió “que lindo es recordar que la revelación y la manifestación de Dios, es algo progresivo” y remarcó que “la fe en la resurrección nos sostiene y allí surge la capacidad de empezar de nuevo o para resistir la caída, así como la Virgen María, que estuvo de pie, por eso, celebramos el misterio de nuestra fe el misterio de la pascua y la resurrección del Señor. Allí tienen sentido todas nuestras pascuas”.
Monseñor Adolfo Canecin sostuvo que “la vida del ser humano no es algo liviano o ascendente, sino, que tiene subidas y bajadas”, a veces con “bajadas pronunciadas”, por eso, arengo a tener siempre presente “la oración que es un don que tenemos que pedir, pero a la vez una tarea y un aprendizaje. La oración es un arte que tenemos que cultivar” haciendo referencia al Evangelio proclamado en las misas del domingo.
Profundizo luego que lo más importante en la oración “no es tanto hablar”, sino “escuchar” , porque lo que “Dios tiene que decirnos es importante, porque solo él tiene palabras de vida eterna”.
ALBERTO DEVOTO
Al recordar al Padre Obispo Alberto Devoto, dijo que “fue sin lugar a dudas un hombre de oración”, por eso, supo “discernir lo que la Palabra de Dios y el magisterio de la Iglesia quería para ese momento histórico”.
Recordo que “Alberto Devoto fue obispo antes y durante el Concilio Vaticano II, porque participo de todas las sesiones, e intento implementar el concilio que fue el gran pentecostés del siglo pasado. Solo quien ora es capaz de asumir esto como un proyecto, tener la fortaleza de la oración para empezar a implementar a pesar de la resistencias”.
“¿Cuál será el mejor homenaje que podemos hacer a nuestro primer obispo diocesano? –pregunto Canecin y añadió seguidamente: “hoy nosotros tenemos que ser personas, familias y comunidad de oración para discernir y, con fidelidad al magisterio de la Iglesia actual, el magisterio del Santo Padre Francisco, es hoy ver cómo ser Iglesia”.
Arengo a ”tener algunas cosas del ayer que siguen siendo válidas” pero también “hay cosas nuevas que fueron llegando, porque la realidad fue cambiando” por eso insistió: “Que lindo que nosotros hoy imitemos y sepamos corresponder al Señor en este momento histórico” porque el obispo Alberto Devoto “intento y logro mucho en aquel momento, por eso, lo recordamos en nuestro corazón”.
“Hay que recordarlo y aprender de él, lo primero, que el intento corresponder” y aconsejo tener en cuenta que ”tenemos un magisterio que ha crecido mucho, ya sea Argentino o Latinoamericano, del episcopado y del magisterio universal”.
Remarco que el Padre Alberto Devoto en una de sus cartas dijo “nada sin mis sacerdotes”, y resalto “que bonito es eso, y yo cuando llegue a esta diócesis y conocí ese texto dije quiero ir mas allá, ahondar un poquito más: asumiendo aquello que nos pude mostrar algo más, nada sin los laicos, nada sin las consagradas, nada sin los diáconos y nada sin los sacerdotes”.
“Tenemos que hacer un camino sinodal, laicos, consagradas, sacerdotes y el obispo, de una manera circular no de una manera piramidal, en todo caso, una pirámide invertida, donde la jerarquía este abajo para servir, esa es la enseñanza que nos deja el Concilio Vaticano II” destaco.
Finalmente sostuvo: “Que lindo es que hoy nosotros nos preguntemos en nuestras comunidades, capillitas o parroquias, departamento o en la Diocesis como caminar juntos, para responder a este momento histórico desde la Palabra y el magisterio como lo hizo en aquel momento el Padre Alberto Devoto”.
“La memoria para el presente que nos lanza hacia adelante, es decir, un camino sinodal, juntos, donde incluyamos niños, adolescentes, jóvenes y adultos, porque todos estamos convocados”.-
Lunes, 29 de julio de 2019
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