Huerta en casa: seis especies para cultivar ahora y cosechar en invierno El otoño ya está entre nosotros y llega con un aviso: es tiempo de poner manos a la obra en la huerta si queremos tener verduras a mano durante los meses de frío. Con temperaturas todavía amables para trabajar al aire libre.
El otoño ya está entre nosotros y llega con un aviso: es tiempo de poner manos a la obra en la huerta si queremos tener verduras a mano durante los meses de frío. Con temperaturas todavía amables para trabajar al aire libre, te contamos qué cinco especies podés cultivar desde ahora y cosechar en invierno.
Acelga
Beta vulgaris ‘Cicla’
Siembra: directamente en el lugar en el que va a crecer hasta su cosecha, en línea, con raleo posterior. Si se va a sembrar en almácigos, es necesario separar los plantines con cuidado y repicarlos (sacar las plantas del almácigo para llevarlas a un recipiente de mayor tamaño). En tierra, se ralean, es decir, se entresacan algunas plantitas cuando tienen dos pares de hojas nuevas para que haya más espacio, y esas que se sacaron se pueden consumir como brote en ensalada.
Exigencias: necesita pleno sol, aunque tolera muy bien la sombra. Necesita suelos profundos y fértiles, aunque soporta los que son algo pesados y los salinos. Hay que aplicar compost antes de comenzar el cultivo. La distancia entre plantas ideal es de 25 cm y la separación entre líneas, de 40 cm. Precisa riegos regulares. Hay que vigilar el ataque de los pájaros, a los que les encantan sus hojas tiernas.
Cosecha: si se cosechan con cuidado y de manera escalonada las hojas más externas, la planta puede producir muchas hojas sin llegar a florecer. Los cortes se hacen con cuchillo o clavando la uña en el extremo de la penca, a ras de la roseta.
Cebolla de verdeo
Allium cepa L.
Siembra: en almácigos con posterior trasplante. Puede también reproducirse por la plantación de bulbos; con esta modalidad se acorta el tiempo de cosecha a sesenta días.
Exigencias: requiere pleno sol, pero soporta media sombra. Prefiere los suelos sueltos y con buen drenaje. Los plantines se trasplantan a una distancia de entre 6 y 8 cm. Hay que aportar cantidades moderadas de compost.
Cosecha: a los 90 días, aproximadamente. Cuando están listas, se observa la base rojiza algo engrosada y el follaje tubular de un verde intenso.
Brócoli
Brassica oleracea ‘Italica’
Siembra: en almácigos, desde fines del verano hasta el otoño. Las variedades de verano se siembran en noviembre.
Exigencias: requiere pleno sol. Cuando los plantines tienen entre 10 y 15 cm de altura, se trasplantan a su lugar definitivo en el cantero, a una distancia de 30 cm entre plantas y a 50 cm entre líneas, en un suelo rico en compost. A los diez días del trasplante, se realiza un aporcado. Precisa poco riego, salvo que el invierno sea muy seco. Se asocia bien con cebollas, puerros, lechugas y caléndulas. Hay que plantar cuatro o cinco brócolis por persona que va a consumirlos. Es resistente a las heladas. Si se cultiva en contenedores, deben tener una profundidad mínima de entre 30 y 40 cm.
Cosecha: entre los 50 y 70 días de sembrados estarán listos para cosechar. Hay que extraer la cabeza central con cuchillo, cuando los pimpollos están aún bien firmes y de color azulado. Este corte estimulará el crecimiento de brotes laterales que darán cabezas más pequeñas y un poco más fibrosas, pero totalmente aprovechables.
Zanahoria
Daucus carota
Siembra: directamente en el cantero, en líneas, o esparciendo las semillas al voleo a una profundidad de 0,50 a 1 cm. Luego se ralea, dejando una plantita cada 5 o 10 cm. Como las semillas son pequeñas, se aconseja mezclarlas con mantillo o arena, que favorecerán su distribución homogénea en el suelo. Los riegos deben ser regulares. Si hubiese períodos de falta de agua y luego riegos abundantes, se observarán rajaduras a lo largo de las raíces.
Exigencias: prefiere un suelo franco arenoso, suelto y fino. La presencia de piedras o cascotes propicia raíces deformes y dificulta su cosecha. Se desarrolla saludablemente en suelos profundos y ricos en humus. En otoño una buena opción es cultivarla en los canteros que tuvieron cultivos de verano, como ajíes, berenjenas o tomates, para aprovechar los restos de compost.
Cosecha: a los cuatro o cinco meses estará lista para retirar. Hay que hacerlo con cuidado, tomando la planta desde la base y, con la ayuda de la pala o de la laya, descalzarla toda. Se cortan las hojas a ras del cuello, y si no se consumen las raíces de inmediato, se las almacenará en un lugar fresco y aireado; nunca junto a papas o manzanas, ya que el etileno que estas producen acelera su deterioro. Refrigeradas se conservan perfectamente una o dos semanas.
Remolacha
Beta vulgaris ‘Crassa’
Siembra: lo que se siembra no son “semillas”, sino frutos que contienen tres o cuatro semillas, por lo que va a ser necesario un raleo posterior. Se multiplica por semillas a siembra directa en el cantero. Hay que hacer un surco de 3 cm de profundidad, regar, aplicar un poco de compost, colocar las semillas, volver a cubrir, y ejercer una leve presión para que entren en contacto con el suelo húmedo.
La distancia recomendable entre plantas es de 15 o 20 cm. Si los plantines están muy juntos y se corre el riesgo de romper las raíces del plantín seleccionado para que se desarrolle, es conveniente cortar con tijera los plantines cercanos, pero no arrancarlos.
Exigencias: prefiere un suelo profundo y fértil, aunque soporta los que son algo pesados. Es medianamente exigente en cuanto a nutrientes y se desarrolla mejor en una exposición a pleno sol. Tolera algo de sombra y zonas húmedas de la huerta. El riego debe ser frecuente y regular.
Cosecha: será a los tres meses de sembrado. Se cosecha la planta entera, tomándola de la base de las hojas y tirando con suavidad hacia arriba.
Espinaca
Spinacea oleracea
Siembra: se esparcen las semillas en líneas separadas 20 cm entre sí. Tanto la siembra directa como en almácigos requiere una profundidad de 1 o 2 cm. A las dos semanas de haber nacido las plantitas, se debe hacer un primer raleo, dejando entre 5 y 8 cm entre espinacas.
Exigencias: requiere un suelo profundo, rico en humus y con buen drenaje. Tolera la sombra y la humedad. Precisa riegos frecuentes y regulares. Rinde 1 kilo de hojas por mes, por metro lineal de cultivo. Con este dato, según el consumo familiar, se pueden escalonar las siembras para una provisión constante de otoño a primavera. Las espinacas no toleran el calor y la floración se induce enseguida con temperaturas altas. Se asocia muy bien con puerros y cebollas de verdeo.
Cosecha: Cerca de los 40 a 50 días de sembradas, cuando las plantas alcanzan un tamaño adecuado, se pueden empezar a cortar las hojas grandes de manera selectiva y seguir cosechando uno o dos meses más. Otra opción es esperar a que lleguen a su máximo desarrollo y cosecharlas enteras.
Fuente: La NaciónLunes, 29 de marzo de 2021
|