Canecin celebró Pascuas en una pequeña capilla goyana  El obispo diocesano, monseñor Adolfo Ramón Canecin, celebró la misa de Pascua en una pequeña capilla ubicada en el barrio Resurrección de Goya. Una zona muy humilde de la ciudad, fue el lugar elegido por el pastor diocesano, para celebrar el anuncio: “Jesucristo ha resucitado ¡y nosotros somos testigos!” y dar su mensaje pascual a la feligresía diocesana.
El obispo diocesano, anticipo varias veces, que fieles a la recomendación del Papa “queremos ser una iglesia en salida”, y que se cumple “practicando las obras de misericordia”.
“Realizando las obras de misericordia, es tal vez la mejor manera, y la más completa, eficaz e inmediata forma de ponerse a tono con la Iglesia que se pone en salida misionera” remarcó.
El Papa Francisco, anima a la feligresía a ser una “Iglesia de las periferias geográficas y existenciales, con la Iglesia que arriesga a quedar herida e incluso a equivocarse, antes de quedar inmóvil, paralizada en su inquietud ante el presente, nostalgia del pasado, o miedo por el futuro”.
"La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no solo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria" señala el sumo pontífice.
"Cuando la Iglesia no sale de sí misma para evangelizar deviene autorreferencial y entonces se enferma" expresó.
La comunidad del lugar, que pertenece a la parroquia Nuestra Señora de Itatí, se encuentra ubicada detrás del Batallón de Ingenieros de Monte 12, se preparó para la celebración pascual ornamentando la pequeña capilla, con imágenes en adhesión al Año Santo de la Misericordia.
VIA LUCIS
Monseñor Adolfo Canecin, remarcó que “Ser cristianos es ser testigos” y debemos “manifestarlo en la vida con nuestras obras”, al tiempo que recordó que “así como los días de la semana son siete, así también las Obras de Misericordia corporales y espirituales. Seamos testigos del Resucitado llevando a la práctica cada día una obra de misericordia”.
“Aprovechemos el Tiempo Pascual” para rezar “el Via Crucis con alegría y creatividad, con audacia y perseverancia, uniendo a cada estación la reflexión y vivencia de una obra de misericordia” concluyo monseñor Adolfo Canecin.Miércoles, 30 de marzo de 2016
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