Lun 20 de Mayo de 2024
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Como Iglesia tenemos el deber de mostrar el rostro del Padre

El Obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecin se dirigio a la multitud que se congrego el domingo frente a la Basílica de Itatí para participar de la misa central que se desarrolló como parte de la 37ª Peregrinación Juvenil del NEA.Consideró que en el Bicentenario de la Patria es de gran relevancia dejar de lado los intereses personales y sectoriales para buscar el bien común.

La homilía estuvo a cargo del obispo de la Diócesis de Goya, Adolfo Canecín, quien manifestó que para transitar el camino del bien común es necesario imitar las acciones de los congresales que declararon la Independencia del país hace dos siglos pero además ejercitar a diario tanto obras espirituales como corporales. “Porque la fe se debe manifestar en la vida”, subrayó.

La ceremonia religiosa que comenzó a las 9 fue presidida por el arzobispo de Corrientes, Andrés Stanovnik. En primer término enumeró y agradeció a cada uno de los obispos que concurrieron: Juan Rubén Martínez (Posadas); Hugo Santiago (Santo Tomé); Angel José Macín (Reconquista); José Conejero (Formosa); Adolfo Canecín (Goya); Ramón Dus (Resistencia); Damián Bitar (Oberá); Hugo Barbaro (Roque Sáenz Peña) junto a su auxiliar y el rector del Santuario de Itatí, Omar Cadenini.

En este contexto, hizo una mención especial por Conejero y Canecín quienes fueron peregrinos fundadores de la caminata del NEA a Itatí.

Monseñor Adolfo Canecin al iniciar su mensaje expresó que “linda es la gente que tiene memoria, que seguro también tiene esperanza. Qué lindo este pueblo que tiene su historia también, se junta y celebra junto a sus hijos”. Aclarando que esas palabras son parte de un chamamé del padre Julián Zini.

Luego, se refirió a la participación en la 37ª Peregrinación Juvenil del NEA “que ya va ganando espacio en el país porque cuando venía ayer pude ver muchos carteles de otras partes”. Pero más allá del lugar de procedencia de los fieles, indicó que esta edición se desarrolla en el contexto del Bicentenario de la Independencia de la Patria. “Por eso que lindo que traigamos en este momento, esta fiesta histórica para agradecer esto que nos han regalado pero también para aprender de la historia. Puede ser esta una ocasión muy linda para rezar juntos por nuestra Patria, confiando en aquellas palabras de Jesús: si dos o más se ponen de acuerdo y piden algo al Padre, él se los concederá”, afirmó. Al mismo tiempo solicitó que “todos los que estamos aquí nos pongamos de acuerdo para pedir hoy por nuestra Patria. Agradeciendo por la independencia que nos entregaron pero también requerir poder tener la capacidad necesaria para trabajar en el presente, de cara al futuro”.

Es que consideró que “puede ayudarnos mucho el ejemplo y la rectitud de los congresales de 200 años atrás, quienes invocando las luces del Espíritu Santo, se reunieron a debatir y discernir”. Sobre lo cual remarcó la necesidad de que todos los argentinos puedan realizar esa misma invocación para que, tal como sucedió hace dos siglos, se superen las distancias geográficas, culturales e ideológicas.

PACTO

“Qué lindo que juntos oremos para que las luces del Espíritu Santo nos ayuden a todos los argentinos en este momento de nuestra historia a imitar ese gesto. Dejar de lado las actitudes personales y sectoriales para buscar el bien común”, insistió Canecín. En este punto recordó el pacto interreligioso que el pasado 17 de agosto fue firmado en Yapeyú por las autoridades de diferentes credos y de los diferentes estamentos del Estado.

“Se hizo mucha memoria del general San Martín”, rememoró y agregó que si pusiéramos en práctica algunas de las máximas que dejó a su hija Merceditas, eso “podría ayudarnos a revertir muchas cosas negativas de nuestra Patria y a salir adelante airosos en estas circunstancias históricas”.

VOCACIÓN

En otro párrafo de su mensaje hizo referencia a un recuerdo personal que aclaró que no lo hacía por vanidoso, sino para contar la obra que Dios hizo en él. Tras esta aclaración recordó cómo en 1979 comenzó la Peregrinación Juvenil del NEA. Una caminata que lo hacían anteriormente fieles de Resistencia y Corrientes pero desde ese año comenzó a ser una expresión de fe regional. Precisamente, el ahora obispo de Formosa Conejero, como así también Canecín, otros sacerdotes y fieles fueron protagonistas de la primera edición de la peregrinación.

“Era ofrecer una propuesta diferente para la primavera, para el mes del estudiante, era una oportunidad para rezar para que tuviéramos un seminario en la región - que luego se concretó- rezar por las vocaciones y quizás fruto de eso hubo un enorme auge vocacional en esos años”, destacó.

“Al año siguiente caminé por segunda vez pidiéndole a la Virgen que me diera la gracia de discernir y de tener el coraje para optar qué hacer de mi vida”, rememoró Canecín, quien continuó “cuando volví a Formosa ya sabía qué iba a hacer. Hablé con el padre José, encargado vocacional en ese momento”. Fue así que el actual obispo de la Diócesis de Goya dejó el trabajo, la familia y la novia que tenía desde hace tres años. Para después, finalmente ingresar al Seminario.

Seguidamente, insistió en que contó esa experiencia personal para dar testimonio y que esto pueda servir a los demás adolescentes y jóvenes. “Que al caminar hacia aquí se pregunten, se planteen: ¿Señor que me diste la vida qué querés que haga con ella?; ¿dónde querés que te sirva?”

MISERICORDIA, ÍDOLOS Y ADICCIONES

Monseñor Adolfo Canecín, después continuó con su homilía recordando el lema de la 37º Peregrinación Juvenil: “Con María caminamos hacia la misericordia del Padre”. Haciendo hincapié en que “no estamos ociosos, no estamos estáticos”. A diferencia de “tanta gente que no camina. Cuanta gente que está tirando la toalla, que se siente derrotada”.

Alertó que hay quienes sí caminan, pero lo hacen sin saber dónde van, mientras que “otros caminan, trotan o corren quizás van detrás de los ídolos” como ser el dinero, el poder, el placer “y también de las adicciones”.

Considerando las consecuencias negativas de ese último flagelo, el obispo destacó el trabajo que está realizando la Pastoral de las Adicciones del NEA que durante la peregrinación repartió stickers y folletos a favor de la vida.

“Que lindo que nosotros -habiendo tantas formas de caminar- optemos por hacerlo con María y lo hagamos hacia la misericordia de Dios”, subrayó. Asimismo, reiteró “Con María caminamos hacia la misericordia del Padre. Él tiene respuestas a todos los interrogantes que puede tener el ser humano”. Por eso instó “hermanos que ninguno vuelva a su casa sin haber escuchado la respuesta que el Padre tiene para la pregunta más profunda de nuestro corazón”.

Mientras que en la última parte de su homilía, el obispo de la Diócesis de Goya reiteró la necesidad de ser misericordiosos. “Nosotros como Iglesia tenemos el hermoso deber, siendo discípulos misioneros de la misericordia, de mostrar el rostro y el corazón del Padre”, expresó y después preguntó a los fieles cuántos días tiene la semana.

Al recibir como respuesta que son siete jornadas propuso “Que les parece si a partir de hoy realizamos al menos una obra corporal y otra espiritual por día”.

“Con una por día vamos a terminar aprendiendo el estilo de Dios. Vamos a aprender el modo de ser de Dios”, opinó. Y en el final aseveró “la misericordia la vamos a vivir con los gestos, no sólo con las palabras porque la fe se debe vivir, manifestar en la vida”.


Lunes, 19 de septiembre de 2016
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