Sab 11 de Mayo de 2024
Curuzú Cuatiá - Corrientes
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Alerta de vecinos de la escuela Barnidio Sorribes por venta de carne mal cocida

Días pasados se realizó en la escuela Barnidio Sorribes de la ciudad de Curuzú Cuatiá una venta de comidas, más precisamente un arroz con albóndigas. Según trascendió no es la primera vez que desde la dirección de éste establecimiento se realizan éste tipo de ventas con la finalidad de recaudar fondos para la escuela. Algo salió mal, y las albóndigas se vendieron crudas, con el peligro para la salud que ello trae aparejado. Los vecinos se preguntan, qué organismo municipal es el que debe encargarse de controlar éste tipo de "beneficios" y las quejas y reclamos se multiplicaron. Más detalles en ésta nota.

No son pocas las instituciones que por la mala situación económica o bien para realizar alguna compra o paliar alguna necesidad, deben apelar a éste tipo de actividades para hacerse de dinero, lo cual no está mal si se tienen en cuenta todas las medidas sanitarias para hacerlo.

En éste caso, puntualmente y gracias a denuncias que llegaron a la redacción de IusNoticias se supo que aparentemente las albondigas de carne que acompañaban al arroz estaban crudas. Incluso enviaron fotografías, una de las cuales ilustra la nota.

Las quejas de los vecinos no sólo se circunscriben en la falta de cocción de las albondigas, lo cual es muy peligroso para la salud ya que una carne mal cocida y sobre todo la carne picada es caldo de cultivo para el temido Síndrome Urémico Hemolítico que es una enfermedad infecciosa provocada por la bacteria escherichia coli.

Los reclamos de los vecinos de la zona, que de buena intención y para ayudar a los chicos que asisten a esa escuela, compraron sus porciones, se multiplicaron en reclamos a la Dirección, al percatarse no sólo de la crudeza de la carne mal cocinada sino porque exigían la devolución y el cese de las ventas de la misma.

Por otra parte, al parecer también los organizadores de las ventas les exigían a los alumnos que vendan las porciones y se enojaban si los mismos no lo querían hacer.

No fueron pocos los que se alarmaron con éste tipo de actividades ya que no se sabe a ciencia cierta si quienes realizan éste tipo de beneficio lo hacen con todos los recaudos sanitarios necesarios y con los alimentos en óptimo estado, ya que ello puede traer aparejado un sinnúmero de enfermedades.

Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud al momento de la manipulación de alimentos

*Los utensilios utilizados para la preparación y servido de la comida deben estar siempre en perfecto estado de limpieza.

*Lavarlos con detergente correctamente diluido y agua caliente, procurando siempre que no queden restos de comida.

*Cocer los alimentos a temperatura suficiente (70°C) para asegurar que los microorganismos no se reproduzcan. Comprobar la temperatura de cocción.

*Evitar mantener los alimentos a temperaturas entre 10 y 60°C en las cuales se produce la multiplicación rápida y progresiva de los microorganismos.

*Evitar la contaminación cruzada (*) (contacto de alimentos crudos con cocidos mediante las manos del manipulador o la utilización de la misma superficie sin previa limpieza y/o utensilios de cocina).

*No cortar la cadena de frío de los alimentos (congelados, frizados, refrigerados).

*Controlar siempre fecha de vencimiento y estado general de envases y recipientes (latas, frascos, botellas, cajas, bolsas, etc.).

*Se deben utilizar guantes de látex ó Nitrilo con la certificación correspondiente emitida por las normas locales, solo el Nitrilo podrá tocar aceites y grasas mientras que el látex no podrá manipular dichos productos.

Síndrome Urémico Hemolítico

El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) se contrae, en la mayoría de los casos, por el consumo de carne mal cocida portadora de la bateria escherichia coli. Nuestro país presenta la mayor incidencia de esta enfermedad, con más de 300 casos por año. Afecta, sobre todo, a los niños de entre 6 meses y 5 años. Provoca insuficiencia renal, anemia y alteraciones neurológicas.

Un procedimiento tan sencillo como la correcta cocción de una hamburguesa, por sólo citar un ejemplo, puede determinar la diferencia entre un niño sano y otro con problemas renales graves. Esto es así porque a los 70 grados centígrados la bacteria que produce la toxina shiga (Stec) se destruye, evitando el contagio del Síndrome Urémico Hemolítico.

El riesgo aparece cuando la carne no está cocida en toda su superficie y en el interior, esto es muy común en las comidas que llevan carne picada. Cuando la cocción se realiza en forma rápida, no homogénea, la bacteria que produce esta enfermedad no se destruye. Si bien la carne vacuna resulta la principal fuente de contagio, el consumo de lácteos y jugos de fruta no pasteurizados o de verduras y agua contaminada (que hayan estado en contacto con las heces de los animales), también puede desencadenar la enfermedad.

Incluso, un estudio realizado en nuestro país sobre 34 pacientes con SUH y 95 convivientes demostró que el 24 por ciento de los afectados tuvo, al menos, un familiar con diarrea. Para evitar la vía de contagio de persona a persona ( la que se produce por el contacto con la materia fecal del enfermo), los especialistas insisten en la necesidad de lavarse las manos, con agua y jabón, luego de ir al baño y antes de manipular los alimentos.

Siempre que un niño menor de cinco años presente un cuadro de diarrea es necesario consultar al pediatra, dado el riesgo de deshidratación. Si, además, es mucosa o mucosanguinolenta puede que se esté en presencia de un caso de Síndrome Urémico Hemolítico.

También se presenta con vómitos, palidez y es notable la disminución de la cantidad de orina, esto último puede ocurrir por deshidratación a consecuencia de la diarrea o porque existe una afectación del riñón, producto de la misma enfermedad.

En la primera semana, el paciente presenta signos de debilidad e irritabilidad. Además, se torna pálido y anémico, dado que los glóbulos rojos atraviesan un proceso de destrucción.

Este síndrome era poco frecuente pero, en la última década, su incidencia en niños alcanzó los 7 casos cada 100 mil habitantes, en el período de un año. En la actualidad, constituye la principal causa de insuficiencia renal aguda en este grupo de población.

Según datos publicados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, “varios brotes epidémicos en los años 1992 y 1993 se atribuyeron a hamburguesas contaminadas con escherichia coli que no estaban bien cocidas; razón por la cual las hamburguesas de los supermercados tienen nuevas etiquetas y se han publicado guías con las temperaturas necesarias para su cocción en las cadenas de restaurantes de comidas rápidas”.

La función normal de los riñones consiste en filtrar los residuos y excretar los líquidos del organismo. La insuficiencia renal aguda es la consecuencia más común del SUH. Produce una pérdida súbita de esa capacidad del órgano urinario para eliminar los residuos, concentrar la orina y conservar los electrolitos.

En el 5 por ciento de los casos, la afectación renal puede resultar crónica o recurrente (eso dependerá del nivel de gravedad que haya adquirido cada paciente) y, en estos casos, es necesario internar y dializar al niño para eliminar los elementos contaminantes de la sangre.

Este síndrome puede derivar, además, en anemia y alteraciones neurológicas: lo que se debe lograr es que los chicos no lleguen a estas instancias y al tratamiento que, en definitiva, será sólo de apoyo, porque el síndrome en sí no tiene una cura específica.

Una vez diagnosticado, el especialista propiciará lo que se denomina “tratamiento de resorte” con el fin de contrarrestar los síntomas, en función de la edad, del nivel de gravedad y de la tolerancia a los medicamentos de cada paciente.

La muerte por Síndrome Urémico Hemolítico disminuyó gracias a la precocidad de los diagnósticos y a los nuevos métodos de control de la insuficiencia renal. Hoy, la tasa de letalidad es del 2 por ciento.

Según datos del Comité Nacional de Nefrología, el 70 por ciento de los niños que padecen esta enfermedad se recuperan sin secuelas, sin embargo, es necesario controlarlos regularmente porque, en algunos casos, desarrollan problemas renales o hipertensión como consecuencia tardía del síndrome.

Según la Revista de Posgrado de la VI Cátedra de Medicina (febrero 2007) este síndrome fue descripto por primera vez por Gasser en Suiza, en 1955; y en la Argentina los primeros casos fueron estudiados por el Dr. Carlos Gianantonio, a partir de 1964. Actualmente se conoce que puede aparecer en cualquier parte del mundo y que su frecuencia está aumentando. Existen zonas endémicas en la Argentina con alta incidencia, debido posiblemente a la elevada frecuencia de enfermedades diarreicas agudas producidas por toxinas tipo Shiga.

Su trascendencia clínica se fundamenta en constituir la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda (IRA) y de hipertensión arterial (HTA) en el grupo de lactantes y niños pequeños. Además es la segunda causa de insuficiencia renal crónica y de trasplante renal en niños en la Argentina.

Prevención

Asegurar la correcta cocción de la carne; la bacteria se destruye a los 70º C. Esto se consigue cuando la carne tiene u


Miércoles, 9 de septiembre de 2015
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