Jue 25 de Abril de 2024
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Huerta de septiembre: qué plantar para darle la bienvenida a la primavera

Lechugas, rúcula, acelga, espinaca, tomates y aromáticas son las estrellas de la temporada.
Septiembre es un gran mes para los amantes de la huerta urbana. El comienzo de los días cálidos nos acerca a la siembra de primavera-verano y la tierra se llena de nuevas especies y oportunidades.

Es el momento de las lechugas, la rúcula, la acelga, la espinaca, la zanahoria, el rabanito, la remolacha, los tomates, la berenjena, los pimientos, el melón, la sandía, la calabaza, la albahaca, el perejil, el cilantro y numerosas variedades de aromáticas como el tomillo, el romero, el orégano, la lavanda y el curry.

La huerta de septiembre
Es fundamental para la huerta de septiembre tener en cuenta el riesgo de la última helada, que en Capital y alrededores es el 31 de agosto.

“A partir del 1° de septiembre se pueden sacar los plantines de primavera-verano que veníamos germinando, aunque siempre se recomienda esperar un par de semanas más”, dijo a Clarín Florencia Gallino, fundadora de Sitopia, proyecto de regeneración urbana cuyo objetivo es facilitar el cultivo urbano (en Instagram, @sitopia.ar).

La especialista destacó que aún no se recomienda sembrar afuera plantas que requieren calor para germinar, pero sí se pueden sembrar variedades de ciclo corto, como lechugas, rúculas y acelgas. Además, todavía se pueden poner algunas espinacas, zanahorias, rabanitos y remolachas, añadió.

En cuanto a las de ciclo largo de primavera-verano (frutos como tomates, berenjenas, pimientos, melones, sandías y calabazas), si todavía no germinaron, es preferible hacerlo “dentro de casa, esperar que suba un poco más la temperatura y, para fines de septiembre o principios de octubre, ya se pueden sembrar afuera o sacar los plantines”.

El tiempo de cosecha puede variar según el cultivo y la parte de la planta que nos comemos. Foto ilustración Shutterstock.
El tiempo de cosecha puede variar según el cultivo y la parte de la planta que nos comemos. Foto ilustración Shutterstock.

En tanto, el tiempo de cosecha puede variar según el cultivo y la parte de la planta que nos comemos.

La directora de Sitopia expresó que si lo que queremos es el fruto -como en el caso del tomate- es mucho más largo, porque la planta tiene que cumplir todo su ciclo (germinar, desarrollar, sacar tallo, hojas, flores, esas flores se tienen que polinizar, se tienen que formar los frutos, engordar y madurar).

En cambio, cuando nos comemos las hojas de una planta, esto es mucho más rápido porque es casi lo primero que da.

En síntesis, se puede establecer que la cosecha tarda según la especie entre dos y ocho meses. Hay cosechas muy rápidas, como un rabanito o las hojas, y otras que tardan mucho más, como todas las de fruto.

El espacio no es excusa
No todos tienen extensos terrenos donde comenzar su huerta. Sin embargo, el tamaño no es un problema si se acude a las especies indicadas.

En recipientes pequeños se recomienda sembrar hortalizas de las que nos comemos sus hojas. Foto ilustración Shutterstock.
En recipientes pequeños se recomienda sembrar hortalizas de las que nos comemos sus hojas. Foto ilustración Shutterstock.

“En espacios pequeños se recomiendan plantas pequeñas, todo tiene que ser proporcional en la vida”, sostuvo Gallino.

De lo contrario, las raíces de las plantas muy grandes no van a encontrar el espacio ni los nutrientes suficientes para cumplir su ciclo o darnos el órgano de cosecha que nos comemos, señaló.

Entonces, en recipientes pequeños, lo aconsejable es sembrar hortalizas de las que nos comemos sus hojas, como la rúcula, la lechuga, la acelga, la espinaca, la albahaca, el perejil, el cilantro y aromáticas como tomillo, romero, orégano, lavanda y curry.


Tips para una huerta exitosa
Florencia Gallino dio una serie de recomendaciones para obtener buenos resultados en la huerta de septiembre:

Informarse, tratar de investigar, hacer algún curso de huerta. A veces las personas se lanzan a sembrar con muy poca información y se frustran.
Tener en cuenta la importancia de un buen sustrato, ésta es una de las garantías de una huerta exitosa.
Saber cuáles son las hortalizas correctas para poner en la huerta.
Conocer qué tipo de insectos pueden aparecer y cómo manejarlos.
Observar qué cantidad de sol necesita cada planta.
Interiorizarse sobre los tamaños mínimos de las macetas según la planta que se está cultivando.
De la tierra a la mesa
Los beneficios de la huerta son diversos. Estos abarcan aspectos ligados a lo alimenticio pero también lo exceden.


Según Gallino llevar a la mesa nuestra propia siembra “es totalmente diferente de comer algo que uno compra en la verdulería, que no sabemos quién lo produjo, cómo fue producido, que viene de haber sido cosechado hace unos cuanto días, pasado por varios transportes y refrigeraciones, que si no es orgánico muy probablemente fue producido con productos de síntesis química y no muy armoniosamente con los ciclos de la naturaleza”.

Por otra parte, destacó que, más allá del sabor de algo orgánico, fresco, recién cosechado, lleno de vida y de nutrientes, hay otro punto que es vital. “Toda la experiencia de poner una semilla, acompañar todo el proceso de cultivo y que eso se convierta en tu alimento es único y te cambia la manera de valorar lo que estás consumiendo”, concluyó.


Lunes, 6 de septiembre de 2021
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