Milagro y los antigrasa 
(Por Nicolás Toledo) Es negra, Milagro Sala. Negra y fiera, con la cara como moldeada en barro amasado. Tienen razón los que comentan en las notas de La Nación que es una negra fiera, una negra india, porque tiene cara de india mala; cara de india mala, díscola, de esas que nunca se acristianaron con los jesuitas como esos indios buenos que lucharon las guerras de sus dominadores, cara de india que no dejó la lanza para fabricar instrumentos musicales o trabajar en las quintas de los religiosos de la religión que usaron los españoles para dominarlos a ellos, a los indios como ella.
Y tiene ojos astutos, Milagro Sala, ojos muy negros que habrán llorado mucho de bronca por humillaciones, por pobreza, por impotencia, pero astutos, ojos rápidos, que supieron ver a tiempo que la política es el único camino para levantar a la gente negra y fea del barro con que amasaron su cara, y que una de las formas de hacer política es en la calle, con los iguales y no tanto, codo a codo.
Esos ojos no se bajaron ante el poder, cuando la represión y el ajuste se cebaban en los suyos sin que los diarios se escandalicen, esos diarios que lee la gente blanca que tiene tristeza, siempre, por el destino de la patria cuando los ojos negros de los negros como Milagro Sala no se bajan, cuando miran y enfrentan esa mirada que recorta una parte del país de su campo visual.
Ahí, esos diarios dan manija y esa gente sale a gritar para salvar a la patria y no hace mucho más, sólo grita, y mete cositas graciosas en el Feisbuc, hasta las ovejas son más lindas, jajajajajajajaja, Milagro Sala denunció torturas en la cárcel dice que la quisieron bañar, jajajajajajajaja, y así salvan a la patria, de a publicación por vez, cómodos porque, por suerte para, la política está bien guardada, como las urnas en las épocas de los milicos, por los tipos (de ojos claros) de traje que ellos, que la gente vuelvo a decir, puso en el gobierno para que haga limpieza general, porque la política es algo muy sucio de la que tienen que hacerse cargo otros, esos que encarcelan a negras como Milagro y que echan a grasas militantes y que recortan es Estado para dejarlo así chiquito, chiquito.
Y ¿sabés una cosa? Es mejor que sea así, no me vengan a joder. Es mejor que sea un tipo de ojos claros el que te despida, el que te amenace con despedirte si reclamás salario, el que te despida y te diga grasa, y no que una negra o un sindicalista o un dirigente social reclamen, no, no es lo mismo. Fíjense que hasta la cumbia bailada por la vicepresidenta tiene más estilo, no es chocante como la cumbia bailada por los inmigrantes vecinos que siempre molestaron a Mauricio, es una cumbia bailada por alguien bien, no sé, será por la silla de ruedas cromada, por la piel, no sé, la cosa es que esa cumbia no suena a negro choripanero cuando la bailan ellos, la llevan a otro plano, le dan una pátina de gente bien bajando por un rato a tu nivel (porque en realidad todos, vos y yo, estamos en un nicho social más cercano a los choripaneros que a Mauricio & Co., no te engañes), para confraternizar, para darte un poco de contacto humano antes de que empiecen de nuevo a despedirte, a amenazarte, a decirte grasa...
Hace bien este gobierno metiendo presas a personas como Milagro Sala, se lo tienen bien merecido. O baleando con goma a los que reclaman. Y no estaría mal que empiecen el apriete contra los sindicatos, contra los líderes comunitarios, contra los referentes de Derechos Humanos, contra los periodistas contreras (¡ups, perdón, eso ya lo están haciendo, se me escapó!), contra las organizaciones sociales, contra los referentes/divergentes, contra los actores/opositores, contra los medios comunitarios, contra todo lo que no encuadre en ese modelito de patria prêt a porter que tanto le gusta a este gobierno y a los que lo votaron- miren si no que lindos los billetitos nuevos con esos bichitos y el peluche. Está bueno, sirve, suma la persecución, la mano dura, la separación violenta.
Porque, y díganme si no tengo razón, en tanta guerra santa, en tanto ajuste a costa de empobrecimiento y en tanto empobrecimiento arrastrando a la alcantarilla la idea de un país plural, en todo eso, a nosotros se nos afirman las convicciones, y un calor en el pecho hace recordar que en la vida no es todo Tinelli y poder comprar dólares y cabecita fresca y libre de compromiso y desideologización, que hay valores y palabras y conquistas por los que vale la pena luchar, que la historia no se termina y que hace falta seguirla escribiendo, nosotros, los negrosgrasasmilitantes.
Nicolás ToledoMartes, 19 de enero de 2016
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